Incasciences 1 (1): 52-58. Octubre, 2023 doi:10.47347/incasciences.v1i1.28
PROCESO ERUPTIVO DOCUMENTADO DE LA
ÚLTIMA ERUPCIÓN DEL VOLCÁN UBINAS – JULIO DEL 2019
Rafael Miranda1, Mayra Ortega1, Fredy
Apaza1, Luis Cruz2
1Instituto Geológico Minero y
Metalúrgico (INGEMMET), Av. Canadá 1470 Lima, Perú. 2Universidad Nacional de San
Agustín de Arequipa (UNSA), Av. Independencia s/n Arequipa, Perú. Corresponding
author: Rafael Miranda (rmiranda@ingemmet.gob.pe)
RESUMEN
El estratovolcán Ubinas, situado en el
segmento de la ZVC de los andes centrales, es uno de los 10 volcanes más activos
del Perú, con más de 26 episodios eruptivos con magnitudes de bajas a moderadas
(VEI 1-3), desde 2 a 7 erupciones por siglo. Después de 02 años de
tranquilidad, en el año 2019, inicia una nueva etapa eruptiva el 19 de julio
del 2019. A diferencia de erupciones anteriores, este proceso eruptivo cuenta con
monitoreo instrumental multiparamétrico continuo, que permite documentar e identificar
los primeros signos de intranquilidad volcánica, para el que se han documentado
tres etapas: (1) Periodo de intranquilidad, en la que se identifican
señales sísmicas muy energéticas y de altas frecuencias, asociado a un cambio
en la dinámica del volcán, (2) Actividad Precursora, etapa en la que se detectan
variaciones en la deformación y periodos de deflación de -12±6 cm e inflación
de 75±15mm y actividad sísmica baja, mientras el 18 de junio se registran pequeños
enjambres de sismicidad VT, que caracterizan una etapa de transición magmática con
intrusiones en las regiones superficiales del Ubinas, (3) Periodo Eruptivo,
caracterizado por un incremento gradual de sismicidad de baja frecuencia (LP), con
valores de SO2 en incremento desde valores moderados a valores grandes, que presurizan
el sistema de conductos volcánicos y dan paso a la erupción del 19 de julio, que
liberó una energía sísmica acumulada de 336 MJ y un volumen recalculado de 4.6x106
m3 de productos volcánicos. La magnitud de la erupción se clasificó con un
VEI de 2. Un monitoreo instrumental multiparámetro permanente permitió registrar
datos relevantes para el entendimiento de los procesos internos en el sistema volcánico
del Ubinas y documentó señales asociadas a desplazamientos de los magmas.
Palabras clave: Volcán Ubinas
Erupción del 2019 Etapas Eruptivas
1. INTRODUCCIÓN
El volcán Ubinas (5611 msnm) se sitúa
geográficamente entre las coordenadas 16º 22’ S, 70º 54’ O, a ~65 km al
este de la ciudad de Arequipa (Figura 1). La geología y estratigrafía del
volcán están construidas en base a lavas andesíticas, con emplazamientos de flujos de
pómez y cenizas dáciticas (370 ka BP), el piso de la caldera está formado por
depósitos de lapilli, cenizas y piroclastos (Thouret et al., 2005 y Rivera et
al., 2010); y a diferencia de otros volcanes de la cordillera volcánica de los
Andes, el volcán Ubinas no está controlado, asociado a estructuras geológicas regionales.
Hoy en día el monitoreo volcánico se ha convertido en una de las herramientas de
mucha importancia en este tipo de estudios, debido a que se logra
identificar, analizar y documentar los ciclos eruptivos de un volcán,
para finalmente entender cómo los magmas se desplazan y generan esfuerzos
en su paso hacia la superficie. Estos esfuerzos pueden
identificarse empleando diferentes técnicas de monitoreo. Sin embargo, dada
la naturaleza cambiante de cada sistema volcánico y en específico del volcán
Ubinas, el objetivo es entender sus diferentes etapas de sus ciclos eruptivos, debido
a que presentan comportamientos poco conocidos y que varían de una erupción respecto
a otra, y desde corta duración a prolongados
intervalos de años.
Figura
1 Mapa de localización y distribución
instrumental de monitoreo. a) Mapa de ubicación del volcán Ubinas dentro de la zona volcánica central (ZVC) de
los Andes. b) Distribución de la red instrumental de monitoreo multiparamétrico
permanente.
2. HISTORIA ERUPTIVA DEL
VOLCÁN UBINAS
La historia eruptiva del volcán Ubinas
es reconocida mediante dataciones
radiométricas del isótopo
de Argón 40Ar/39Ar(Thouret et al., 2005 Rivera et al., 2014), que datan
desde los 370 ka, y como estas fueron evolucionado a lo largo del tiempo
geológico, en la que se describen periodos explosivos violentos (1667 DC con
VEI 3) y efusivas, persistentes durante varios intervalos de años 2006 – 2009 y
2013 – 2017, y con erupciones sostenidas a intermitentes, de constantes a inestables
(Siebert et al., 2015). El registro histórico de las erupciones del Ubinas se
basa en dataciones, permitiendo determinar el tiempo de ocurrencia de una erupción
respecto a otra erupción. Mas no se describen si estos
procesos eruptivos fueron de corta duración o persistentes durante décadas. Las
erupciones históricas del Ubinas fueron de tipo plinianas, freatomágmaticas,
freáticas y vulcanianas, con periodos de construcción y destrucción del domo y
caldera del volcán. Se trata de episodios eruptivos de tipo efusivos, de
flujos piroclásticos de bloques y cenizas, que corresponden al periodo entre
370 a 270 ka, durante el period entre 270 y 16 ka, y que se caracterizaron por
emisiones de flujos de ceniza, piedra pómez, lava y episodios explosivos,
a lo largo del periodo que se extiende del año 16 ka a 1000 d.C. antes de
1,550, las dataciones e investigaciones geológicas refieren erupciones plinianas,
freatomagmáticas y vulcanianas, y se han registrándose hasta la actualidad 26 episodios
eruptivos explosivos (Thouret et al., 2005, Rivera et al., 2010, 2014 y Lavalle
et al., 2009).
3. HISTORIA ERUPTIVA DEL
VOLCÁN UBINAS
Con el inicio de la actividad eruptiva
del 2013, el Observatorio Vulcanológico (OVI) del INGEMMET dio paso a la implementación
de estaciones de monitoreo multiparamétrico permanente, con la finalidad
de conocer de manera oportuna los cambios en
la dinámica del volcán Ubinas. En la Figura 1, se observa la
distribución de la red de monitoreo en tiempo real, que ha permitido documentar
y analizar los cambios en su nueva etapa eruptiva del 19 de julio del 2019, para
el que se emplearon datos entre enero y diciembre del 2019.
Considerándose cinco conjuntos de datos,
estos son: (1) estadística diaria de eventos VT (Vulcano Tectónico) y LP (Largo
Periodo) de la estación sísmica 04 (UBN04), (2) serie temporal de deformación volcánica
de la línea base de la Estación Oeste (UBGW)–Huayna Ubinas (UBHU), (3) flujos
de gas magmático SO2 de las estaciones escáner DOAS 1 y DOAS 2 (4) altura de
emisiones de gases volcánicos y cenizas. Los resultados presentados en el
presente resumen corresponden al análisis y tratamiento de datos de esta red.
4. RESULTADOS DE LA RED DE MONITOREO
Un monitoreo multiparamétrico permite
medir parámetros relevantes en el volcán, como la emisión de gases magmáticos,
emisiones de ceniza, deformación, flujos de calor, señales sísmicas, etc,
estos datos nos permiten detectar, documentar e identificar el inicio y el
final de una erupción, determinar el estilo de la erupción, su duración y
cómo estos magmas ascienden hacia la superficie o cómo se almacenan en
los reservorios distribuidos en la corteza terrestre (National Academies of
Sciences, Engineering, and Medicine, 2017) y la capacidad de ascender a la superficie
directamente sin almacenarse en las cámaras magmáticas. Los procesos eruptivos
del Ubinas evidenciaron precursores meses antes de entrar en erupción.
Probablemente, los magmas ascendieron, se almacenaron en los reservorios superficiales
y evolucionaron antes de entrar en erupción. Estas etapas eruptivas fueron
identificadas en procesos eruptivos anteriores, por ejemplo, las
erupciones del 2013-2017.
4.1 Etapas del Procesos Eruptivo
La
actividad presente del volcán Ubinas en el 2019 se caracterizó por resenter
señales sísmicas de alta frecuencia, que evidenciaron un cierto grado de
inestabilidad, y dieron paso a un incremento de la actividad asociado a movimientos
magmas. En esta etapa de cambio e incremento de la actividad, se han
distinguido tres etapas:
4.1.1 Etapa de Intranquilidad Volcánica
Sucedió
entre enero y abril, periodo en la que se registran 5 señales sísmicas
importantes ligeramente energéticas de altas frecuencias (11 de enero 2019,
Figura 2D, estrellas de color negro), asociadas a una inestabilidad en la
dinámica del volcán por suministro de magma nuevo, lo que genera una señal
sísmica registrada con mayor energía en las estaciones sísmicas 02 y 08, probablemente
asociada a la inestabilidad generada en las regiones profundas a raíz de una
nueva inyección de magma desde la corteza o el límite de las placas, que ha
estado interactuando con magmas antiguos, en los sistemas magmáticos profundos
del Ubinas (Figura 2A).
Figura 2 Series de la
evolución temporal de la actividad volcánica del Ubinas, durante el periodo de
enero a diciembre de 2019. Correlación de datos de: (a) modelo geológico
conceptual, (b) línea base UBGW-UBHU, (c) flujos de SO2, (d) estadística
de eventos sísmicos tipo VT y LP y (e) altura de emisiones de gases y cenizas.
El volcán Ubinas presenta dos regiones
magmáticas: una profunda y otra superficial (Rivera et al., 2014, Thouret
et al 2014). Probablemente, los magmas fueron migrando desde la fuente profunda
hacia la superficial a través de los conductos prexistentes, y generaron
diferentes tipos de señales sísmicas a diferentes intervalos de tiempo. Sin
embargo, este proceso de migración del magma no ha mostrado mayores cambios en
los diferentes parámetros de monitoreo, probablemente debido a la profundidad
del escenario, sin modificaciones importantes en la deformación (Figura
2B), con flujos de gas magmático SO2 en niveles moderados (1342 t/d,
Cárdenas y Delgado, 2002.), y una actividad sísmica en niveles bajos de 10
VT/ día (sismicidad asociado al
fracturamiento interno del edificio volcánico) y 11 LP/día (asociado a la
dinámica de fluidos a través de conductos volcánicos) y esporádicas
emisiones de gases volcánicos (Figura 2E).
4.1.2
Actividad Precursora
Considerada entre abril y junio del
2019, periodo asociado al ascenso de los magmas hacia la superficie, y
presurizando probablemente el reservorio superficial del Ubinas, asociada
a inyecciones intermitentes de magma desde la fuente profunda (Figura 2A) hacia
el reservorio superficial a medida que el magma se transportaba por los
conductos preexistentes, esta actividad generó tensiones en la cámara magmática
superficial debido al desplazamientos de los magmas y provocó cambios en
la estructura del reservorio y conductos volcánicos. Se registraron señales
significativas en la serie temporal de línea base de deformación observadas
entre la estación UBGW-UBHU (Figura 2B), con una deflación de -12±6cm
entre el 05 y 18 de abril, lo que consecuentemente muestra un periodo inflacionario
de hasta 75±15mm entre abril y junio. Las emisiones de vapor de agua y gases no
superaron los 500 m sobre el cráter (Figura 2E), y mostraron una actividad
sísmica baja (con 5 VT y 2 LP/d). El día 18 de junio se registran pequeños
enjambres de sismos VT proximales localizados a <5km de profundidad, que
probablemente indicaban fracturamiento de la zona de transición debido al
ascenso de los magmas, con un incremento gradual en las emisiones del gas magmático
SO2 (1776 t/d, Figura 2C).
4.1.3
Periodo Eruptivo
Ocurrida entre junio y diciembre del
2019, esta etapa inició con una explosión violenta, asociada al arribo del
magma a la superficie (Figura 2A) que eventualmente sobrepresurizó los
conductos volcánicos con continuas inyecciones de magma que terminaron por
romper la resistencia del conducto principal el 19 de julio del 2019 a horas 07:28, lo cual constituyó una de las explosiones más
potentes del volcán del Ubinas. Los registros de la red de monitoreo
evidenciaron que la fuente superficial fue presurizándose paulatinamente
a un continuo aporte de magma, con valores de la desgasificación del gas
SO2 que se
incrementó desde niveles moderados a grandes (1,800 a 4,000 t/d) y alcanzó un máximo
de 9,900 t/d (23 de setiembre). En esta etapa, el sistema liberó el gas acumulado,
y disminuyó paulatinamente después del 17 de setiembre (Figura 2C) hasta
alcanzar niveles bajos (< 1,000 t/d), mientras la actividad sísmica se
caracterizó por un incremento gradual de eventos de baja frecuencia (LP) y
eventos asociados a fracturamiento interno de rocas (VT). Sin embargo, después
del 9 de setiembre, la sismicidad alcanzó los niveles de un volcán en reposo
(Figura 2D). Las columnas eruptivas de gases y cenizas superaron los 6,500 m.
sobre el cráter el 19 de julio. Finalmente, las emisiones fueron decreciendo en
el tiempo, mientras que
la tasa de deformación del volcán mostraba un periodo de relajación, sin mayores
cambios en la tasa de suministro de nuevo magma o magma.
5. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los diferentes parámetros volcánicos registrados
evidenciaron que una nueva intrusión magmática recargó los depósitos profundos,
interactuando allí con magmas antiguos. Para su descripción, una brigada de campo
recolectó muestras de tefras expulsadas por la erupción desde 3 a 6 km respecto
al cráter del volcán de la erupción del 19 de julio. A partir de las muestras,
han diferenciado tres tipos de clastos juveniles: escorias gris oscuros, gris
claro y líticos gris oscuro muy densos. Estos clastos juveniles presentan bandas
de material oscuro y gris, lo cual sugiere una mezcla parcial de magmas de composiciones
diferentes (R. Aguilar et al., 2019). Para la ocurrencia de este tipo de
mezcla, debe existir magma nuevo en accenso. Una composición de diferentes magmas
evolucionó y se desarrolló en un periodo de tiempo muy corto que ha caracterizado
una nueva etapa en la erupción del Ubinas (Figura 3A). Probablemente, esta mezcla
de magmas se dio inició en la cámara profunda del Ubinas, asociada a grandes temperaturas
y presiones debido a la mezcla de magmas que fueron ascendiendo hacia la cámara
secundaria, quizá de forma intermitente y generando explosiones confinadas
sin mostrar cambios evidentes en los parámetros de monitoreo en
superficie (Figura 2A, estrellas color negro).
Esta mezcla parcial de magmas de composición diferente ascendió hacia la superficie por los conductos preexistentes (Figura 3B), sin mostrar una clara señal de sismicidad tipo VT/LP que pueda identificar el paso del magma, sin una clara ocurrencia de VT importantes que indicarían un claro proceso de intrusión (Figura 2D). Sin embargo, se registró deformación por sobrepresión de la fuente superficial del Ubinas (Figura 2B). Este proceso (Figura 3C) evidenció el ascenso de los magmas evolucionados en su paso hacia la superficie por los conductos volcánicos con fracturamiento interno de rocas 23 días antes de la erupción, mientras los fluidos magmáticos evidenciaron su paso un día después de la erupción (240 eventos LP el día 20 julio).
Figura 3 Modelo geológico conceptual del Ubinas
(Rivera et al., 2014 y Thouret et al., 2005), basado en el resultado de monitoreo
multiparamétrico del concepto de la movilización, ascenso y emplazamiento de los
magmas. a) intrusión magmática adicional, b) recarga de la fuente superficial,
c) ascenso final de magmas evolucionados y d) magma residual.
Los datos de monitoreo del volcán
evidencian que el ascenso de los magmas de composiciones diferentes y
evolucionadas se presurizaron violentamente en las regiones superficiales
del volcán. La correlación de datos del proceso eruptivo del 19 de julio del 2019
determina que la magnitud de la erupción alcanzó una energía de 3 MJ, y se registraron
hasta 4 explosiones entre julio y setiembre de 2019 (Figura 2, esterllas color
rojo). Una última explosión se registró el 4 de setiembre a horas
09:56. El volumen de cenizas y productos volcánicos emitido por la erupción alcanzó
4.6x106 m3 y se dispersó por más de 300 km desde el cráter, con una energía
sísmica acumulada de 336 MJ. De acuerdo con estos parámetros recalculados y según
la
escala
de Índice de Explosividad Volcánica (VEI, en inglés) de Nenwall 1982, la erupción
del Ubinas se clasificó de un VEI 2 y es una de las erupciones más violentos
conocidas hasta ahora.
La erupción del año 2019 marcó una nueva
etapa poco conocida del volcán Ubinas. De acuerdo a la National Academies of
Sciences, Engineering, and Medicine (2017), el comportamiento de los magmas
depende de cada ambiente volcánico. Dónde se almacenan cómo se desplazan y cómo
evolucionan en el tiempo son desafíos
por comprender así. Tomando estas premisas y la correlación de datos de
monitoreo que generan información relevante de cómo se comportan los magmas así
como el entendimiento de datos instrumentales de la red de monitoreo permiten documentar
y registrar cambios o patrones en diferentes parámetros de monitoreo volcánico (Figura
2) que permiten identificar cómo los magmas se desplazan en su paso desde
una fuente profunda hacia una fuente superficial y generan señales poco frecuentes
durante sus procesos de diferenciación entre magmas de composición diferentes.
6. CONCLUSIONES
El registro histórico y los datos de
un monitoreo permanente continuo permitieron identificar, detectar y
documentar las tres etapas del proceso eruptivo de la erupción del 19 de julio
del 2019, que ha marcado uno de los periodos eruptivos poco conocidos del Ubinas.
Este volcán, dentro de la escala histórica de su actividad, presentó un
comportamiento completamente variable en el tiempo, con explosiones violentas de
corta duración respecto a los episodios eruptivos de 1969, 2005- 2008 y
2013–2017, que presentaron periodos prolongados de erupción. Probablemente, las
nuevas intrusiones magmáticas en su paso hacia la superficie
evolucionaron violentamente al entrar en contacto con los magmas antiguos desde
las regiones más profundas del Ubinas. Esta nueva fase evolutiva generó una
tensión por acumulación de presión y temperatura, y una energía sísmica acumulada
de 336 MJ. El volumen recalculado de magma erupcionado fue de 4.6x106 m3, lo
que permite clasificar esta erupción como un VEI2, en comparación con el
proceso eruptivo del intervalo de los años 2006–2009 (719 MJ, volumen erupcionado
de 4x106 m3 en 4 años), y el 2013–2017 (484 MJ, un volumen estimado de 2.0x106
m3 en 5 años).
Agradecimientos
Los autores queremos expresar nuestra
gratitud al Instituto Geológico Minero y Metalúrgico y al Observatorio Vulcanológico
(OVI) del INGEMMET por brindarnos el apoyo institucional y disponer de los
datos e información bibliográfica.
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